Las Historias de ZasCandil
Relatos eróticos. Historias reales e imaginadas. Explorando deseos, compartiendo fantasías. El sexo como leitmotiv.
martes, 3 de enero de 2023
Raquel ni traga ni escupe
sábado, 17 de septiembre de 2022
Las poses de Mónica
Viene de: “Proyecto Modelo Vivo”
Madrid, agosto de 2022
En pocas de mis aventuras eróticas he puesto tantas esperanzas como en aquella sesión a la que fui a probar si servía como modelo desnudo para clases de dibujo. Más o menos sabía dónde me metía pero lo que no me esperaba era el trato extremadamente aséptico que se prodiga en esas clases a los modelos. Esperaba algo de morbo y no había nada de eso, por lo menos en el plano formal, académico. Únicamente un grupo de alumnas me miraron de manera distinta a que si yo fuese una estatua, fueron Mónica y sus amigas.
Cuando leí su mensaje elegí con cuidado las palabras para responder. Después de la frustrante experiencia con su profesora y sin nadie más que se interesase en meses, me quedaba claro que si quería posar en una clase de arte, pero con algo de morbo, ella era la opción más clara que se me había presentado desde que inicié esta aventura.
- ¡Hola Mónica! ¡Cuánto tiempo!
- Hola. Sí. Me habría puesto antes en contacto contigo pero quitaste tu página. Menos mal que Conchita hizo una captura y sacamos este enlace.
- Vaya. Es que Marta me dijo que si quería que me tomasen en serio en este mundillo tendría que quitarla. Era demasiado… erótica y eso no está bien visto en un modelo serio.
- Jajajaja, no se lo tengas en cuenta, Marta es muy purista. Le echamos una bronca por cómo te trató y le dijimos que te tenía que dar una oportunidad.
- ¿Y? -pregunté esperanzado.
- Nada, dice que tu actitud no es la adecuada.
- Vaya, ya vi que mi motivación es un problema jajajaja.
- Pero a mis amigas y a mí eso nos pareció una característica muy positiva y queríamos preguntarte si estarías dispuesto a posar para nosotras.
- ¿Cómo? ¿En otra academia?
- No, en verano no hay clases pero un grupo de amigas nos reunimos en mi casa porque lo echamos de menos.
- ¿Seguís vosotras con las clases de dibujo?
- Dibujamos, charlamos, merendamos, nadamos en la piscina…
- Vamos, que os habéis montado una tarde de chicas con la excusa del dibujo.
- Jajajaja, más o menos, pero dibujamos mucho, aunque en un ambiente más desenfadado.
- Qué bien -dije esperanzado por el rumbo que iba tomando la conversación.
- Pues hemos dibujado de todo, jarrones, bodegones, plantas, a mi perro… incluso a nosotras mismas.
- ¿Vestidas? -pregunté lo más inocentemente que pude.
- Vestidas y desnudas -hemos posado por turnos.
- ¿Y se lo enseñaréis a Marta cuando volváis a clase?
- Los dibujos de nosotras no.
- ¿No?
- No, eso lo tenemos muy claro, es que hemos sido un poco… atrevidas.
- ¿Atrevidas?
- Sí, mira, después de tu visita se inició un debate entre unos cuantos alumnos. Cuando tenemos un modelo desnudo actuamos como si no tuviese sexo, genitales me refiero. No los dibujamos, por lo menos no con el mismo detalle que dibujamos una mano, por ejemplo. Y eso es lo que hemos querido solucionar en nuestras sesiones.
- ¿Os habéis dibujado en posturas guarrillas?
- Pues alguna sí y no queremos que las vea nadie más, que nos conocemos todos joder y no quiero que todo el barrio sepa cómo tengo el coño. Lo que pasa en mi casa se queda en mi casa.
- Lo entiendo. Me parece perfecto.
- Alberto, te cuento todo esto porque ahora nos falta dibujar a un tío.
- ¿Un tío que se deje dibujar en posturas guarrillas?
- Pues sí ¿sería mucho pedir?
- ¿Y que disfrute haciéndolo?
- Eso sería genial.
- Si además me dices que buscáis un modelo gordito y viejo me desmayo ahora mismo.
- ¡Bobo! Tú no eres ni gordito ni viejo, estamos todas de acuerdo en que tienes un cuerpo muy resultón y nos encantaría poder dibujarte.
- No se hable más, tenéis vuestro modelo masculino.
- Pero ten en cuenta que sólo somos un grupo de amigas, posar para nosotras no te hará curriculum.
- Me dará experiencia.
- No te podemos pagar, sólo invitarte a merendar y bueno, a la piscina.
- No lo hago por dinero.
- Y esto… -empezó a decir midiendo las palabras.
- Uy… -dije temiendo lo que venía a continuación.
- En el fondo sólo queremos dibujar. Dibujar de manera algo distinta a lo que hacemos en clase, pero sólo dibujar.
- Sólo dibujar, entendido -confirmé.
- No somos unas marujas buscando rollo… sexo ¿de acuerdo?
- Oye que estoy salido pero no soy tonto. Claro que te he entendido.
- Perdona, pero quería que eso te quedase claro.
- Mira, yo no es que busque sexo pero nunca lo descarto y nunca he obligado a nadie. Sólo iré a posar, pero pesar de lo que dices, si ya que estoy desnudo y a alguna le apetece…
- Mi marido estará en casa mientras te dibujamos.
- Perfecto los tríos me ponen mucho, aunque… si somos varias chicas y dos chicos eso será más bien una orgía.
- Al final vas a ser tan divertido como atrevido -dijo riendo-. En principio seremos cuatro compañeras aunque igual se apunta alguna más ¿te importaría?
- Para nada. Como si queréis decírselo a algún compañero. No me importa quién esté.
- Compañeros no, pero hay una chica que igual si estaría interesada en asistir.
- ¿No es de vuestra clase?
- No, es fotógrafa.
- Ah, una cosa. No me importa que se hagan fotos, pero que no se me reconozca, que no salga mi cara, esto es algo que hago de incógnito. Y como tú dices, lo que pase en tu casa que quede en tu casa.
- Sí, sí, sin problemas.
- Igual que si alguna dibuja muy bien y se me puede reconocer la cara, pues que no me dibuje.
- No somos tan buenas.
- Lo que ahora pensando, si tu amiga hace fotos de la sesión, me puede venir muy bien para ilustrar el relato que haga en mi página de estas sesiones y también dibujos que me hagáis.
- Alberto, tú mismo lo has dicho, lo que pasa en mi casa se queda en mi casa. Tú móntate las historias que quieras, pero sin detalles que puedan hacer que nos reconozcan, si a ti no te interesa que lo hagan a nosotras tampoco.
viernes, 9 de septiembre de 2022
Proyecto modelo vivo
Viene de ¿ALGÚN DÍA SERÉ MODELO EN VIVO PARA CLASES DE ARTE AL NATURAL?
Los que me seguís ya sabéis que una de las fantasías que me quedaba por cumplir era posar desnudo para una clase de dibujo. Llamadme raro, pero es una cosa que me daba mucho morbo y la idea fue materializándose charlando sobre ello con una amiga que tiene una escuela de arte.
Al final, en su academia no lo pude hacer por una serie de inconvenientes que ahora no hace al caso relatar, así que decidí liarme la manta a la cabeza y empezar a promocionarme por mi cuenta. Lo primero era saber dónde me metía, porque eso de posar en una clase es más difícil de lo que parece. No me refiero a que te “contraten”, me refiero a saber mantener el tipo durante la clase. Eso era algo que me preocupaba pero que no sabría hasta que no lo hiciese.
Lo segundo era entrar en ese mundillo y ofrecer mis servicios. Me hice una pagina web a modo de currículum, en ella aparecían mis datos, características personales y una galería de fotos. Incluso hice una referencia a ello en mi web de relatos eróticos, porque si todo salía como yo esperaba acabaría contando la experiencia en esta página.
Bueno, y puestos a estrenarme como modelo ¿dónde lo hacía? La opción más adecuada me pareció Madrid. Paso temporadas allí y es lo suficientemente grande como para conservar un aceptable grado de anonimato.
Lo que no hice fue ofrecerme directamente a las academias que encontré por internet. Me faltaba seguridad. En su lugar esperé que alguien se fijase en mi página, le resultase interesante y se pusiese en contacto conmigo. Luego ya sería asunto mío convencerles de que habían acertado con su decisión.
Después de varios meses sin que nadie se interesase por mis servicios estaba llegando al convencimiento de que mi carrera como modelo nunca arrancaría, por la sencilla razón de que mis servicios no interesaban a nadie. Y cuando estaba a punto de olvidarme del tema, mi amigo Pablo se puso en contacto conmigo:
- ¿Cuándo vas a venir por Madrid?
- A finales de mes ¿por? No me digas que Churri me echa de menos.
- Jajajaja, más quieras tú.
- Y tú, no te jode.
- No, no me jode. No me lo recuerdes, que ya no me acuerdo ni de cómo se hace.
- ¿Entonces? ¿Qué quieres, que quedemos para hacernos unas pajillas?
- Joder, Alberto, no me pongas nervioso que no te lo cuento.
- Vengaaaa... va.
- Pues el otro día me enteré de que una compañera del trabajo colabora con una organización vecinal que organiza actividades para proporcionar una alternativa cultural a su barrio. Ella es monitora en clases de dibujo.
- Hummmm ¿y tienen clases de dibujo al natural?
- A eso voy. Hacen muchas cosas y de vez en cuando dibujos de modelos desnudos. Le hablé de ti y le pasé tu página por si le interesaba.
- ¿Y?
- Y me dijo que sí podría interesarle. Me ha dado un correo para que te pongas en contacto con ella. El resto ya es cosa vuestra.
- Joder, muchas gracias. Hasta ahora no se había interesado nadie.
- Bueno, tampoco se si está muy interesada, pero ya te encargarás tú de convencerla.
- Eso espero.
- Si quedas en algo me avisas, me encantará ir a verte.
- Y a ponerme nervioso, no te jode.
- Sí, muy nervioso te vas a poner tú con lo exhibicionista que eres. Ya se lo he dicho a ella, que nunca va a tener un modelo más motivado.
Bueno, según mi experiencia, no es nada bueno crear grandes expectativas, pero en todo caso su labor de mediación era de agradecer. Decidí no esperar para ver en qué se concretaba todo y mandé un correo preguntando si podía concertar una cita en las fechas en que iba a estar en Madrid.
Al cabo de un par de días, cuando ya me estaba poniendo un poco nervioso, recibí un correo de Marta, la monitora de dibujo. Me citaba para una tarde en un bar restaurante de Carabanchel. Por lo visto la asociación vecinal dependía de la parroquia del barrio y algunas actividades las hacían en los salones de ese restaurante cuando no se empleaban. Me pareció un poco raro, pero con ir a informarme no perdía nada.
domingo, 21 de agosto de 2022
El primer trío de Rosa
martes, 15 de marzo de 2022
¿ALGÚN DÍA SERÉ MODELO EN VIVO PARA CLASES DE ARTE AL NATURAL?
No, este no es el título de la historia porque este relato aún no está escrito, me falta un detalle para ultimarlo y es hacer de modelo para clases de arte.
En algunas ocasiones he dado rienda suelta a mi exhibicionismo haciendo de estríper improvisado en fiestas de amigas, de pareja sexual de una chica que actuaba en un pepshow… cosas así, pero de todo esto hace muchos años. Entones tenía un cuerpo bastante más atlético y una polla que me agarraba con las dos manos y me quedaba el capullo fuera.
lunes, 30 de agosto de 2021
¿Me quieres ver el culo?
Madrid, junio de 2013
- Hola ¿me quieres ver el culo?
Ni que decir tiene que me dio un vuelco el corazón cuando aquella tarde, esa señora que se sentó a mi lado en el banco de mi antigua calle me hizo esa pregunta. Rondaría los cincuenta años, como yo, aunque su aspecto regordete la hacía parecer más joven. Su mirada sonriente, fija en mis ojos mientras esperaba mi respuesta, me indicó que no era una buscona. Es más, en su expresión había algo familiar, como si la conociese, aunque no podía recordar de qué.
Literalmente hacía años que no volvía por mi barrio, por las calles en las que pasé mi infancia. Me sorprendió ver cómo había cambiado todo. Tenía poco que ver con lo que yo recordaba, así que la curiosidad me llevó justo hasta el portal del edificio en el que vivía. Me senté en un banco que siempre había estado allí, pero que ahora no era el mismo en el que yo me había sentado tantas veces.
Inevitablemente me quedé mirando las ventanas del bajo en el que vivía Julita y mis recuerdos volaron a la cama en la que retozamos por primera vez. Fue una sensación agridulce y en ese momento supe por qué no había vuelto por allí en tantos años.
La verdad es que mi despertar sexual, desde la infancia hasta la preadolescencia, fue bastante… variado y no sé si ello fue así porque siempre fui un salido o si siempre fui un salido porque tuve la inmensa suerte de tener un despertar sexual tan variado.
En aquel banco, bueno, en el que había entonces, me sentaba de niño a mirar las bragas de las chicas que saltaban a la comba o a las gomas mientras los otros niños jugaban al fútbol. Ellas no sólo se acostumbraron a mis miradas sino que llegué a estar convencido de que modificaron su juego para convertirlo en una especie de competición para ver a cuál se la veían más las bragas en sus saltos.
Si eso os parece extraño os diré que gracias a mis obsesiones sexuales conseguí introducir innumerables juegos eróticos en los que llegamos a participar niños y niñas y que, precisamente por ello, adquirí bastante popularidad entre mis amiguitos, algo que en principio parecía improbable, sobre todo teniendo en cuenta que yo no destacaba ni en deportes ni en otras actividades de acción con las que los gallitos pretendían impresionar a las chicas, pero en cambio con mi imaginación calenturienta había conseguido que buena parte de la chiquiillería estuviese pendiente de mis ocurrencias morbosas.
- Ya sabes que siempre estoy dispuesto a ver el culo de una chica guapa -respondí mientras ordenaba mis pensamientos e intentaba situar en aquellos años a la señora que me acababa de preguntar lo mismo que de vez en cuando me preguntaban algunas chicas entonces.
- ¡Uy! Esa faceta lisonjera es nueva -me dijo ella riendo-. No tienes ni idea de quién soy ¿verdad?
- Pues verás, esto que ves y que te puede parecer cara de tonto en realidad es mi cara de pensar. Estoy barajando varias opciones pero tengo dudas. Quizás tendría más pistas para reconocerte si me enseñases el culo… como tú misma te has ofrecido.
- Tío, me asombras. No te recordaba tan directo. A ver si la que se está confundiendo soy yo.
- ¿Entonces lo del culo iba de farol? -pregunté aparentando decepción.
- Pues la verdad es que si te enseñase el culo me reconocerías enseguida -me dijo mirándome con expresión divertida. Mi mente empezó a barruntar a toda prisa hasta que al final me acordé de un detalle.
- ¿Elvirita? -pregunté tan sorprendido como incrédulo después de haberlo pensado un buen rato.
- ¡¡¡Síiiii!!! Bueno, ya nadie me llama Elvirita, pero a ti te dejo… si tú me dejas que te llame Tito -respondió ella dándome dos besos con una amplia sonrisa.
Elvirita, no me lo podía creer. La recordaba como una niña larguilucha, flaca y de aspecto desgarbado. Sin embargo ahora se había convertido en una atractiva mujer madura, más bien rellenita, de abundante pecho y unas curvas difíciles de presagiar en la época que la conocí.
Durante el tiempo que vivió en el edificio no la hice el caso que se merecía, luego, cuando su familia se mudó de casa me di cuenta de cuánto la echaba de menos. Era la chica que mejor me entendía y creo que la única que me aceptó con mis manías, tal cual. Pasábamos mucho tiempo hablando y frecuentemente tuvo que soportar mis lamentos porque alguna de nuestras amiguitas no quería participar en mis juegos. Nunca pensé que hablar de esos temas con ella era algo que la podía doler. Nunca dio muestras de ello y cuando me veía preocupado y quería animarme me preguntaba “¿me quieres ver el culo?” Y eso siempre me alegraba el momento.
La verdad es que no era la única chica del barrio que de me lo decía, pero sí era la única que lo hacía por mí y no por iniciar el juego sexual que a ellas les apetecía. De ahí mi duda para identificar ahora a la autora del ofrecimiento. Aunque por mucho que hubiese cambiado de cara y, sobre todo, de cuerpo, el culo de Elvirita era perfectamente reconocible. En la nalga izquierda tenía una marca de nacimiento, un antojo en forma de fresa perfectamente reconocible y que de repente sentí unas irresistibles ganas de volver a ver. Luego, como siempre me pasaba con ella, lamenté haberla reconocido por el antojo y no por su agudo sentido del humor.
- ¡Joder cómo has cambiado! Pero sigues siendo igual de ingeniosa, cómo me has liado.
- Ya, estás pensando cómo aquella chica delgada se ha convertido en la gorda esta ¿no?
- Pues no, precisamente estaba pensando lo contrario, cómo aquella chica flacucha se ha convertido en el bombonazo este.
- Ya, ya, ahora te parezco un bombonazo…
- Siempre me lo has parecido, por tu manera de ser, por tu manera de tratarme… Eras de las pocas a las que podía considerar una amiga de verdad. Me encantaba hablar contigo.
- Sí, hablábamos mucho, casi siempre de otras.
- Ya, la verdad es que tuviste mucha paciencia conmigo.
- Me caías bien y por eso te daba lo que creía que necesitabas, fuese conversación o fuese el culo.
- Mmmmm, el culo… ¿cómo lo hacemos?
- Cielo, lo del culo lo dije para llamar tu atención. Ahora las cosas han cambiado. Estoy casada.
- Ya, y yo también.
- Tú también has cambiado.
- Ya, pero ¿por qué lo dices?
- El Albertito que recordaba no se hubiese contentado con una negativa.
- No lo he hecho, sólo pensaba lo irónico que resultaba que de pequeño hablaba contigo sobre cómo desnudar a otras y ahora lo haré sobre cómo desnudarte a ti. El caso es que siempre me ayudas a resolver mis problemas sexuales.
- Eso ya me suena más -me dijo riendo-. “Te voy a ver el culo, que lo sepas, tú sólo tienes que decirme cómo.” Esa es la idea ¿no?
- Otra de las cosas que encantaba de ti es que parecía que me leías el pensamiento.
- Ya te vale “Tito”, ahora me tienes pensando que me pillas sin depilar y con las bragas más cutres que tengo.
- ¡Ah! ¿Al final lo del culo viene con propina?
- Anda, vamos -me dijo riendo mientras me agarraba la mano.
lunes, 23 de agosto de 2021
Que no me entere yo que ese culito pasa hambre
Viene de: “Incesto en la cala”
Mallorca, mayo - julio de 2020
Subí al barco. Cogí las gafas de bucear y me volví a tirar para hacer snorkel. Sobre las algas había pequeños bancos de peces nadando y rebuscando comida entre ellas.
Me sumergí y pasé rozando con mi cuerpo sobre las puntas de la posidonia. Los peces no se asustaban por mi presencia, me ignoraban como si no me viesen y eso que bajé varias veces para meterme entre ellos.
En un momento vi una forma ahusada, negra que pasó velozmente por debajo de mí. La observé mientras se alejaba, era un cormorán, un corb marí como lo llaman aquí. Salió a unos metros de mí y siguió nadando como un pato. Cuando me volví a sumergir para seguir mirando los peces el cormorán volvió a pasarme rápidamente por abajo. No sé si estaba jugando conmigo o me estaba echando de su zona de pesca. No me había pasado nunca y no me ha vuelto a pasar desde entonces.
Dejé los pececitos y me fui nadando hacia la pareja preguntándome si el cormorán me seguiría. No fue así. Ver los cuerpos de los dos manteniéndose en vertical mientras charlaban moviendo ligeramente los brazos y las piernas para mantener el equilibrio, me hizo rememorar la película “Tiburón” y se me antojó darles un mordisco.
El pene de Pedro estaba un poco disminuido por la temperatura del agua, pero tendía a flotar de forma graciosa. Apetecía darle un bocado pero no podía acercarme sin que me viese.
Las tetas de Mónica también flotaban y con el fresquito tenía los pezones erizados, pero pasaba lo mismo que con el pene de Pedro. No había opción al factor sorpresa.
Tendría que dar un mordisco en las nalgas de alguno y puestos a elegir, las de Mónica eran mucho más atrayentes. Me acerqué a ella desde atrás. Me sumergí, me quité las gafas de bucear y al subir me agarré a sus caderas hundiendo la cara en sus nalgas al mismo tiempo que las mordía. Desde de bajo del agua el grito me pareció exagerado. Temí haberme pasado con lo del “susto” y, a juzgar por los manotazos que daban los dos, podía ser cierto.
Incesto en la cala
Viene de: “Con buen barco bien se jode”
Mallorca, mayo - julio de 2020
Mónica se limitó a mirar al cielo sin decir nada. Era ella la que se había negado a que estuviese esa chica y le molestaba que Clara volviese a sacar el tema. Por mi parte tenía cierta curiosidad por todo lo que había oído de ella, pero después de haber estado los meses del confinamiento siendo prácticamente monógamo, no sabía cómo me iría lo de follar a tanta gente.
Clara me había dejado bastante exprimido y con el fresquito del agua, el pene se me había quedado prácticamente como un timbre. Sólo sobresalía el enrojecido glande. Mónica intentó disimular, pero antes en el barco se quedó sorprendida mirándome la polla, bueno, lo que asomaba de ella. Creo que dudó de sus capacidades. Si todo iba bien, dentro de poco se lo demostraría y si mientras tanto le entra la impaciencia que le pregunte a su hija.
Después del café recorrimos un rato la costa a pie. Si no te gustan las playas de arena esta zona es una muy buena opción. Hay rocas planas en las que poner las toallas, el acceso al agua es fácil y los fondos son ideales para bucear. A medida que te alejas del aparcamiento del balneario empiezas a ver gente tomando el sol desnuda en las rocas, con lo cual también es una buena opción para practicar nudismo.
Cuando concluimos el paseo volvimos al barco y fuimos costeando hasta Cala Pí. Una playa que se ha formado en la desembocadura de un torrente y que forma como una pequeña y retorcida bahía al abrigo de las olas. Cuando la conocí, hace bastantes años, era una zona prácticamente salvaje en la que algunos pescadores tenían casetas para poner a buen recaudo sus llauts. Ahora había crecido una urbanización bordeando el torrente, con lo que te podías olvidar de ir a una playa virgen y en vez de llauts de pescadores las que ahora buscaban abrigo en la cala eran embarcaciones de recreo.
domingo, 22 de agosto de 2021
Con buen barco bien se jode
Viene de: “La estratagema de Clara”
Mallorca, mayo - julio de 2020
- ¿Qué pretendes Clara? -pregunté un tanto preocupado.
- Ya te lo he dicho. Vivir una de tus historias. Que la escribas y me la dediques. Es un regalo que me debes.
- ¿Y crees que lo vas a conseguir engañándome?
- Pues está claro que como no lo hubiese conseguido es diciéndote la verdad.
- ¡Porque eres menor!
- ¿En qué mundo vives Alberto? ¿No sabes cuál es la edad de consentimiento?
- Sí, dieciséis años.
- ¿Y sabes cuántos años tengo?
- Has cumplido diecisiete.
- En las relaciones virtuales que hemos tenido ¿has tenido la sensación de abusar de una menor?
- No, para nada. Me has engañado a base de bien.
- No ha sido difícil. Te he leído conozco tus gustos.
- ¿Y toda la experiencia que tienes?
- Pues la verdad es que he practicado bastante, pero buena parte de la base teórica me la has proporcionado tú.
- Entonces…
- Entonces quiero ser la protagonista de una de tus historias y para eso antes tenemos que vivirla. Es así como lo haces ¿no?
- Sí, lo sabes perfectamente, así que seguro que ya has pensado algo ¿no?
- Pues sí ¿sigues teniendo un llaut?
Pedro le había comentado mi plan y ella no se resignaba a dejarlo de lado sin más. Pero lo del barco había sido simplemente una idea sin pulir. No es lo mismo invitar a una chica al barco con la intención de follártela, que que esa chica sea tu hija y te la quieras follar con un amigo. Por mucho que sea ella la más interesada en hacerlo. Luego está el tema de la madre. Por muy liberal que sea no sé cómo se tomaría los planes de su marido y un amigo para follar con su hija. Francamente, he vivido situaciones muy morbosas pero nunca se me habría ocurrido plantearle algo así a nadie. Aunque, como todo en esta historia, tampoco tuve que decidir el tema de Mónica. Clara también se me adelantó.
- ¿Tienes un momento para hablar? -me preguntó Mónica en un mensaje.
- Para ti, siempre -respondí zalamero- ¿Te llamo?
- Clara me ha contado vuestros planes -me soltó al empezar a hablar?
- Bueno, planes, planes… es una idea sobre la que estamos morboseando.
- No conoces a mi hija. Cuando se la mete una idea en la cabeza no la suelta.
- Ya, ya… lo he podido comprobar.
- ¿Es cierto que se hizo pasar por una chica mayor para ligarte?
- Joder, ya te digo, me la metió doblada. Me hubiese gustado ver la cara de haba que se me puso cuando me contó quién era de verdad.
- Esa es mi niña -dijo Mónica riendo- ¿Y qué piensas hacer?
- Pues es complicado. Una cosa es lo que me gustaría y otra es lo que me atrevería. ¿A ti qué te ha contado?
- Pues que en un momento Pedro y tú planeasteis tener algo con ella y escribirle una historia pero que te echaste para atrás cuando te enteraste que era menor de edad. Como a ella no le gusta que tomen decisiones sin consultarle, urdió un plan para ligarte y mostrarse tan atrevida como la más guarra de las protagonistas de tus historias. Así se te quitaría la tontería de la edad.
- Pues eso fue exactamente. ¿Y tú cómo ves todo esto? No quiero hacer nada a tus espaldas.
- Pues verás, como dices tú, es complicado. Si no fuese mi hija me parecería una historia súper morbosa, entiendo que os excite. A mí también me gustaría participar en algo así, pero… es mi hija.
- ¿Entonces?
- ¿Entonces? Pues que no tengo más remedio que asumirlo. Ya te he dicho que cuando se le mete algo en la cabeza…
- Bueno, me alegra que sea así. Y estate tranquila porque por muy lanzada y madura que sea la trataremos bien -respondí aliviado-. Te informaré de todo.
- Sé que la trataréis bien, pero no me tendrás que informar de nada. Yo estaré. Me ha contado todo porque quiere que vaya.
- ¿Qué? ¿En calidad de qué? ¿Vas a venir de carabina?
- No, no, para nada -dijo Mónica con una carcajada-. Voy a follaros todo lo que pueda, si es que la niña no os deja muy exprimidos.
- ¿Qué?
- Venga Alberto, no seas mojigato. Clara sabe que hace tiempo teníamos programado un encuentro que nunca llegamos a hacer. Dice que en un par de días en un barco tendremos tiempo para follar todos con todos y tiene razón.
- ¿Y tú cómo te lo tomarás si Clara y Pedro llegan a…?
- Pues estaré follando contigo. Y follaré con Pedro cuando tú lo hagas con Clara. Yo qué sé, igual de vez en cuando follaremos todos con todos ¿no? ¿Cómo vas de espacio en tu barco?
- Tranquila, el espacio no será problema ¿pero tú estarás cómoda?
- Me voy haciendo a la idea y estando allí me dejaré llevar. Mira, Clara sabe que Pedro y yo no le ponemos límites a nuestra vida sexual. Por otra parte, estando en la caseta alguna vez la hemos visto comiéndose el coño con una amiga canaria. No es que las espiásemos, pero es que no se escondían mucho…
- Sí, pero no es lo mismo que la veas follando con otra chica que con su padre…
- Ya, si ves que me pongo tensa cuento contigo para que me quites la tontería a polvos.
- Prometido, en eso puedes contar conmigo -respondí riendo.
- Sí y también cuento contigo para otra cosa. Quiero que te folles a Pedro.
- ¿Qué?
- Que le des por culo. A ti te gusta ¿no?
- Bueno… en tríos me lanzo mucho. Si se da la ocasión…
- Procuraré que se de. Verás a Pedro le excita verme follar con otros tíos pero lo que de verdad le pone es verme con otra tía. A mí me excita también verle follar a él, pero nunca le he visto con otro tío, así que si no te es mucha molestia…